En este nuevo artículo del blog nos vamos a centrar en las investigaciones de conductas sospechosas tales como: ludopatía, alcoholismo, consumo de drogas, sectas, etc …
Este tipo de investigaciones suele estar ligado al ámbito familiar y particular. En muchas ocasiones llegan hasta las agencias de detectives personas preocupadas por algún familiar, en el que han observado cambios negativos en su comportamiento.
Familiares que buscan ayuda.
Como hemos señalado suelen ser casos en los que la preocupación por el comportamiento extraño y novedoso de algún familiar, ha llevado a su hijo/a, hermano/a o cónyuge a buscar la ayuda de un detective privado profesional. El trabajo del detective privado arroja luz sobre ese comportamiento “sospechoso” que en la mayoría de los casos simplemente oculta un nuevo hobby o una depresión… pero que en otras ocasiones oculta una adicción (alcoholismo, ludopatía). Con las pruebas ofrecidas por el investigador privado la familia podrá afrontar la realidad y actuar en consecuencia para tratar esas peligrosas adicciones.
Últimamente son cada vez más frecuentes los progenitores que deciden contratar los servicios de un detective privado para seguir y vigilar a su hijo/a adolescente o preadolescente ante el posible consumo de drogas. Ya dedicamos nuestro post Vigilancia de los hijos/as a este delicado tema. En ese post ya señalamos que el objetivo último de unos padres al contratar un detective privado, es conocer las actividades que realiza su hijo/a fuera de casa, sus compañías y malos hábitos (si los hubiera). El trabajo realizado por el detective les ofrecerá las pruebas para poder adoptar las medidas necesarias a tiempo, para poder corregir posibles conductas erráticas.
En estos casos son los familiares que conviven con el futuro investigado quienes observan cambios negativos en su conducta: cambios en la rutina, cambios de horarios, cambios en la personalidad, cambios de actitud, cambios en las compañías frecuentadas…
Por ejemplo, cuando los padres comienzan a observar cambios en la conducta de su hijo/a (descenso del rendimiento académico, cambio de amistades e incluso gustos o forma de vestir, aumento de salidas de casa y de la duración de las mismas, comportamiento agresivo o a la defensiva…) saltan las alarmas.
Es decir: en estos casos las personas que acuden a un detective privado, suelen conocer muy bien al investigado y saben apreciar esos cambios.
Por otro lado, en este tipo de casos encontramos la situación contraria: gente que no tiene información suficiente y/ o veraz sobre el futuro investigado y acuden a los detectives privados para comprobar que no ocultan conductas sospechosas. Por ejemplo, como vimos en nuestro post Investigaciones prematrimoniales acuden a los detectives privados gente que desea conocer si su futuro cónyuge está ocultando alguna conducta dudosa. O bien, como explicamos en la entrada titulada Informes prelaborales, son las empresas las que comprueban que sus futuros trabajadores son de plena confianza y no ocultan ninguna conducta sospechosa.
Comportamientos y conductas dudosas: Señales de alarma.
Detrás de lo que consideramos comportamientos sospechosos suelen esconderse adicciones y desviaciones de conducta. En este tipo de investigaciones el detective privado intenta averiguar si el sujeto investigado tiene o ha tenido adicciones ocultas (drogas, alcohol, juego) o presenta hábitos extraños (sectas, desviaciones sexuales).
De nuevo las técnicas de seguimiento y vigilancia revelan este tipo de comportamientos extraños.
Como señalamos anteriormente las relaciones estrechas que se establecen con familiares y con amigos, conllevan que se conozcan las costumbres, gustos y que, lógicamente, cuando las personas manifiestan cambios de actitud y conductas alejadas de sus rutinas habituales, surjan dudas y surja cierta desconfianza hacia esos cambios. Si estos cambios suponen además un distanciamiento, agresividad, deterioro físico, inestabilidad en esa persona próxima a nuestro entorno, saltan todas las alarmas.
Son esos cambios negativos en el comportamiento y en las rutinas habituales los que llevan a sospechar que algo malo está ocurriendo a nuestro ser querido. En algunos de estos casos las dudas y sospechas son fundadas, ya que el alcoholismo, la adicción a otras drogas o conducta como la ludopatía, están detrás de estas transformaciones.
Junto con los cambios en la rutina, en estos casos son evidentes las marcadas y cada vez más prolongadas salidas del hogar, siempre con excusas vagas para justificar ausencias y enmascarar su adicción, ya que está claro que la persona no quiere ser descubierta; en cierto modo sabe que su conducta no es buena.
Además, las transformaciones que manifiesta una persona víctima de alguna adicción no son precisamente positivas: irritabilidad, distanciamiento y falta de comunicación, apatía, agresividad, falta de concentración, inestabilidad emocional, falta de apetito, alteraciones del sueño, deterioro físico, etc…
Fuente: www.medicaldaily.com
Pero tristemente hay otro elemento que termina de enmarcar el preocupante cuadro de estas situaciones y es la desaparición de dinero y otros bienes en el hogar e incluso en el espacio de trabajo. Cuando de repente las faltas de dinero en el domicilio son frecuentes e “inexplicables”, pueden estar ocultando la adicción a estupefacientes o la adicción al juego, así como otras conductas como malas compañías o el acercamiento a alguna secta.
Por ejemplo, según los datos de ONG Proyecto Hombre, la mayoría de las personas que acuden a centros de desintoxicación y rehabilitación de adicciones en España, lo hacen por problemas relacionados con el alcoholismo. Por su parte, la ludopatía es una enfermedad que en nuestro país afecta a casi el 4% de la población. En ambos casos la persona que padece estas adicciones puede sufrir un deterioro importante y además el núcleo familiar se puede ver muy afectado y puede llevar incluso a su desintegración.
Lo más grave de estas adicciones es que las personas que las sufren no son conscientes de su enfermedad, no reconocen su problema y perpetúan su adicción sin ponerle remedio y para ocultar su problema mienten y engañan. Esta conducta provoca que al final la familia y el entorno más cercano desconfíen de esas personas y no se fíen de su palabra. Es necesaria la intervención exterior para atajar el problema, sin embrago evidentemente los familiares no están capacitados ni cualificados para realizar un seguimiento adecuado y mucho menos para introducirse en el ambiente en el que puede moverse el investigado.
Al final, acudir a un detective privado profesional es la mejor opción en estos casos ya que las pruebas obtenidas serán completamente fiables y disipará todas las dudas. Además, ante las evidencias el investigado no podrá tapar por más tiempo su conducta.
La gran ayuda del detective en la investigación de conductas dudosas.
Como hemos visto los cambios y transformaciones que manifiesta la persona en cuestión llevan a familiares y amigos cercanos a buscar la ayuda un detective privado que termine con las dudas y la inquietud que genera esta situación. Ya que la incertidumbre, la desconfianza y el distanciamiento acaban por minar las relaciones interpersonales.
Igual que sucede en otros casos de ámbito particular y familiar, este tipo de investigaciones parece chocar con la protección de la intimidad y la imagen personal o con la protección de los datos personales y por esto mismo es preciso acudir a un investigador privado legalizado que sepa utilizar los métodos respetuosos con la ley sin incurrir en ilegalidades.
A pesar de que cada caso es necesario estudiarlo en particular, en este tipo de investigaciones podemos diferenciar tres etapas distintas. En la primera fase, una vez que el cliente ha contactado con el investigador privado, el detective recaba toda la información posible acerca del investigado y el tipo de sospechas, dudas o incertidumbres que tiene el cliente sobre dicha persona.
Esta información facilitada por el cliente (horarios, espacio de trabajo, espacios y amistades que frecuenta…) es fundamental para que el detective privado elabore un plan de actuación adecuado al caso.
Fuente: systemicdisorder.wordpress.com
Precisamente en la segunda fase, el investigador privado elabora la línea de investigación más efectiva y examina junto a su cliente las pautas de las vigilancias y de los seguimientos. En este tipo de casos los seguimientos y las vigilancias son los métodos fundamentales para obtener pruebas gráficas, videográficas o de audio en relación con las conductas sospechosas. En ocasiones el detective privado debe adaptarse e infiltrarse en los nuevos círculos frecuentados por el investigado, con el riesgo que supone en algunos casos.El papel del detective en estas situaciones no será agresivo ni con afán de desenmascaramiento, sino que simplemente buscará un acercamiento y corroborar las nuevas circunstancias. En ocasiones, a partir de estas vigilancias y acercamientos, lejos de revelarse una adicción a alguna droga, se descubre que el investigado ha empezado a ser influenciado por algún grupo sectario.
La tercera y última fase consiste en la elaboración de un informe por parte del investigador privado. En este informe el detective anota los datos pormenorizados de su investigación y adjunta las pruebas obtenidas (fotos, vídeos, grabaciones de audio…).
Gracias a la ayuda del detective privado, con todas las pruebas obtenidas, la familia saldrá de dudas, terminará la incertidumbre y sabrá de forma veraz cuál es el asunto que distrae a su allegado. Este es el primer paso para poder hacer frente al problema y adoptar las medidas que sean más oportunas, así como buscar la ayuda de otros profesionales (psicólogos, terapeutas…)
Más información:
– MINISTERIO DE SANIDAD, SERVICIOS SOCIALES E IGUALDAD, Encuesta sobre alcohol y drogas en población general en España a edades 2011 edades 2011-2012, Madrid, 2013. )
Licenciada en Criminología por la Universidad de Alicante.
Detective Privado con Licencia. 1692.
Asociado nº 947. Apdpe (Asociación Profesional Detectives Privados de España).
Colegiado nº127. Colegio Oficial Detectives Privados Comunidad Valenciana.
Profesor colaborador Universidad de Murcia.
Miembro de Global Forensic Alliance.
Profesora Escuela Superior Criminalística.
Perito Informático.
Título de Director de Seguridad.
Título de Jefe de Seguridad.
CEO en Elche Detectives & Asociados. Grupo E.D.A.
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